TRASTORNOS DE LA IMPULSIVIDAD


Para (Uriarte, 2013), El impulso es el deseo o tentación para llevar a cabo ciertos actos, la persona puede resistirse conscientemente o no, y el acto puede ser planeado o no serlo.
Todo el mundo ha tenido una conducta impulsiva en el transcurso de su vida, pero para que se considere como trastorno de los impulsos o impulsividad patológica se requiere que tenga las siguientes características:

1 a. El sujeto no puede resistir el impulso, aunque sabe que dañará a los demás o a sí mismo.

b. El acto es consonante con los deseos conscientes del sujeto, o sea, es egosintónico.

c. Antes de realizar el acto se percibe una tensión emocional y una excitación mental creciente que el individuo describe como presión, inquietud o ansiedad.

d. Inmediatamente después de haberlo realizado el sujeto siente una gran liberación de la tensión y gratificación. e. Tiempo después de su ejecución se arrepiente, tiene pena y sabe que está mal.



DRAMATIZACIÓN




CASO FAMOSO



El caso del guardia civil de Piromanía Sexual

Se trata de Enrique Leal Díaz un hombre de 30 años  que experimenta una devoción por ocasionar incendios de gran magnitud y quien describió esa sensación como la necesidad de saciar el impulso que no puede controlar.


CORTOMETRAJE

Ludopatía: La ludopatía consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que un individuo siente una incontrolable necesidad de jugar. Conocida desde la antigüedad, la ludopatía es un trastorno psicólogico que han sufrido personajes ilustres como Descartes, Luis de Góngora, Fedor Dostoievski, y que en España afecta aproximadamente a un 2 % de la población, según datos de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR). Actualmente esta reconocida como enfermedad o trastorno psicológico por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). 





DATO CURIOSO





“Los cleptómanos sienten placer por robar y son capaces de sentir culpa”
Si bien es cierto que está presente este sentimiento de alivio de tensión tras llevar a cabo el acto, la sensación es diferente a la del placer, porque suele ir acompañado de un latente sentimiento de culpa.  




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